A. DEFINICIÓN
La pastoral familiar es la manera como la Iglesia acompaña y guía a las familias, en su camino de desarrollo y crecimiento, a fin de que puedan acercarse al modelo de familia que desde el principio ha querido el Creador.

«Nuestro propósito es ayudar a la familia a alcanzar su plenitud de vida humana en cristiana»

Descripción de la imagen

Las formas de actuación de la pastoral familiar, son:

  1. Iglesia Doméstica.
    Enseñando, durante las diversas etapas de la familia, los criterios rectos en cuanto a moral matrimonial, apertura a la vida, educación y cuidado de los hijos. Educación en la fe, vida de oración.
  2. Asesoramiento.
    Acompañando a las familias, en todo su camino, con palabras de verdad, de bondad, de comprensión, de esperanza.
  3. Dirección espiritual.
    Participando vivamente en las dificultades, a veces dramáticas, de las familias, dándoles el apoyo espiritual y moral necesario.



B. DESTINATARIOS
La acción de la Pastoral Familiar debe ser progresiva, en el sentido de que debe seguir a la familia, acompañándola paso a paso en las diversas etapas de su responsabilidad y de su desarrollo. Por esta razón, los destinatarios de la Pastoral Familiar son todos los fieles, desde niños, hasta los ancianos.

DESTINATARIOS Y ACCIONES

ETAPAS DE DESARROLLO

ACCIONES


NIÑOS Y JÓVENES
Preparación para el matrimonio.

La Iglesia debe promover programas mejores y más intensos de preparación al matrimonio, para eliminar lo más posible las dificultades en que se debaten tantos matrimonios, y más aún para favorecer positivamente el nacimiento y maduración de matrimonios logrados.

- Preparación remota.
Desde la infancia, en el seno familiar para apreciar la vocación al matrimonio.

- Preparación próxima.
Durante la juventud, para darles los criterios verdaderos acerca de los problemas de la sexualidad conyugal y la paternidad responsable.

- Preparación inmediata.
Unos meses o semanas antes de la celebración para tomar conciencia de las responsabilidades y el significado del sacramento del matrimonio.

CONTRAYENTES - NOVIOS
Celebración Litúrgica del Sacramento del Matrimonio.

La celebración Litúrgica del sacramento del matrimonio debe llevarse a cabo de manera que sea realmente una proclamación de la Palabra de Dios y una profesión de fe de la comunidad de los creyentes.


- Preparación inteligente y cuidadosa de la «Liturgia de la Palabra».

- Educación en la fe de los que participaron en la celebración, en primer lugar, de los que se casan.


ESPOSOS Y PADRES DE FAMILIA

- Con las parejas jóvenes.
Para ayudarlas en los procesos de conocimiento y adaptación. Apertura de la vida.

- En la llegada de los hijos.
Para que los acojan y los amen como don recibido del Señor y asuman con alegría la fatiga de servirlos en su crecimiento humano y cristiano.

- En el proceso de educación y crecimiento de los hijos.
Educación en la fe.

- En los momentos de crisis de la relación conyugal.

- Cuando los hijos se van.
Un nuevo reencuentro.

CASOS DIFÍCILES

Es necesario un empeño pastoral todavía más generoso, inteligente y prudente, a ejemplo del buen Pastor, hacia aquellas familias que -a menudo e independientemente de la propia voluntad o apremiados por otras exigencias de distinta naturaleza- tienen que afrontar situaciones objetivamente difíciles (FC 77).

- Matrimonios mixtos (FC 78)
Matrimonios entre católicos y otros no bautizados o de otras confesiones.

- Situaciones irregulares (FC 79)
a. Matrimonio a prueba o experimental. (80)
b. Uniones libres de hecho. (81)
c. Católicos unidos con mero matrimonio civil. (82)
d. Separados y divorciados no casados de nuevo. (83)
e. Divorciados casados de nuevo. (84)
  • Los privados de familia. (85)
  • Las situaciones de riesgo en el inicio de la vida humana - aborto
    y madres solteras -.
  • Hijos con discapacidad.
  • Hijos con adicciones.
  • Tercera edad.



Equipo Diocesano de la Pastoral Familiar



MISIÓN - ¿Qué hace la Pastoral Familiar?
Promovemos el plan de Dios sobre el matrimonio y la familia.

  • “Por tanto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne” (Génesis 2:24)
  • “Dios creó al hombre a imagen Suya, a imagen de Dios lo creó; varón y mujer los creó. Y los bendijo Dios y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y sojuzgadla” (Génesis 1:27-28)
  • “Y dijo Yahvé Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él” (Génesis 2:18)


A través de los Encuentros Conyugales y las Pequeñas Comunidades, enseñamos que los fines del matrimonio son el bien de los cónyuges y la procreación y educación de las hijas e hijos. Estos fines se derivan de la naturaleza misma del matrimonio y no dependen de la voluntad de los contrayentes ni de la ley. El matrimonio es una comunión de personas que se abren al otro y se comprometen al mutuo servicio y a su realización como posibles padres o madres.

VISIÓN - ¿Cuál es nuestra meta para 2024?

Ser una Iglesia promotora de la unidad, la indisolubilidad y la cultura de la vida.

  • La unidad significa que el matrimonio es una comunión exclusiva entre un varón y una mujer.
  • La indisolubilidad significa que el matrimonio es irrevocable y permanente.
  • La cultura de la vida significa que el matrimonio está ordenado a la procreación responsable y educación de las hijas e hijos.

VALORES - A través de la práctica de nuestros valores, queremos establecer relaciones armoniosas, cordiales y leales en las familias y en la sociedad.

| UNIDAD | PERPETUIDAD | AMOR | RESPONSABILIDAD | PERDÓN | RECONCILIACIÓN | EMPATÍA | FIDELIDAD | FORTALEZA | GENEROSIDAD | GRATUIDAD
| CONFIANZA | COOPERACIÓN | SOLIDARIDAD |

Equipo Diocesano de la Pastoral Familiar.




INTRODUCCIÓN


La familia, como institución fundamental en la sociedad y en la Iglesia católica, desempeña un papel vital en la transmisión de los valores humanos y cristianos.

Este plan tiene como objetivo principal fortalecer y acompañar a las familias en su camino de fe, brindando orientación espiritual y promoviendo el desarrollo integral de cada miembro de la familia. Tomando en cuenta los desafíos y presiones que enfrenta la familia en la sociedad contemporánea, debemos tomar conciencia que sólo trabajando en sinodalidad podremos llegar a ser un apoyo sólido y sostenido.

En este plan, se abordarán diversos temas esenciales resaltados en la encíclica "Familiaris Consortio" y en otros documentos clave del Magisterio de la Iglesia. Nos centraremos en la dignidad y el papel de la familia, destacando su importancia como célula básica de la sociedad y como lugar privilegiado para el crecimiento personal y la transmisión de la fe. Reconocemos el matrimonio como sacramento, como un compromiso de amor y entrega mutua, y lo promovemos como fundamento sólido para la construcción de familias sólidas y estables.

También nos ocuparemos de la apertura a la vida y la regulación de la natalidad, promoviendo una cultura de respeto y valoración de la vida humana desde su concepción hasta su término natural. Abogaremos por el uso de métodos naturales de planificación familiar y brindaremos información y formación adecuada en esta área.

Además, seremos conscientes de los desafíos modernos a los que se enfrentan las familias en la actualidad, como el individualismo, el materialismo y las dificultades en las relaciones interpersonales.

Buscaremos ofrecer cursos y programas que ayuden a las familias a fortalecer sus lazos afectivos, a enfrentar los retos cotidianos y a encontrar respuestas desde una perspectiva cristiana.

La educación de los hijos también ocupará un lugar destacado en este plan. Reconocemos la importancia de la formación integral de los niños y jóvenes, y apoyaremos a los padres en su responsabilidad primordial de educar a sus hijos, ofreciendo orientación y recursos para transmitir la fe y los valores cristianos de manera efectiva.

En este camino, la Iglesia asumirá un papel fundamental, brindando acompañamiento espiritual, sacramentos y programas pastorales que promuevan la vida familiar. Fomentaremos la participación activa de las familias en la comunidad eclesial, promoviendo la comunión fraterna y el crecimiento espiritual.

Con este Plan de la Pastoral Familiar, nos comprometemos a trabajar incansablemente por fortalecer y acompañar a las familias en su vocación y misión, reconociendo que su bienestar y desarrollo son esenciales para la construcción de una sociedad justa y fraterna. Juntos, como comunidad eclesial, nos embarcamos en este camino, confiados en que el amor y la gracia de Dios sostendrán nuestras acciones y transformarán las vidas de las familias que servimos.




PLAN DIOCESANO DE PASTORAL FAMILIAR


OBJETIVO GENERAL

Acompañar y guiar a las familias en su camino de desarrollo y crecimiento, acercándolas al modelo de familia deseado por el Creador, promoviendo una vida plena en cristiana.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS



1. Promover la preparación adecuada al matrimonio y la formación en la fe desde la infancia.
Cursos sugeridos:

  • Preparación remota: Programas educativos para niños que promuevan la valoración y comprensión de la dignidad del matrimonio y la familia.
  • Preparación próxima: Talleres y charlas para jóvenes que aborden los temas de sexualidad conyugal y paternidad responsable.
  • Preparación inmediata: Retiros y encuentros pre-matrimoniales para que las parejas tomen conciencia de sus responsabilidades y del significado sacramental del matrimonio.

2. Mejorar la celebración litúrgica del Sacramento del Matrimonio.

Actividades sugeridas:

  • Preparación inteligente y cuidadosa de la "Liturgia de la Palabra" en las ceremonias matrimoniales.
  • Educación en la fe para los novios y los invitados a la celebración del matrimonio.

3. Brindar apoyo y acompañamiento a los esposos y padres de familia en distintas etapas de su vida.

Cursos y actividades sugeridas:

  • Encuentros Matrimoniales y Retiros Kerigmáticos para que las parejas tomen conciencia de sus responsabilidades y los fines del sacramento del matrimonio.
  • Acompañamiento a las parejas jóvenes en su proceso de conocimiento y adaptación.
  • Promoción de la apertura a la vida y el valor del don recibido en la llegada de los hijos.
  • Educación en la fe de los hijos y apoyo en su crecimiento humano y cristiano.
  • Orientación y apoyo en momentos de crisis conyugal.
  • Acompañamiento a los padres cuando los hijos se van de casa y promoción de un nuevo reencuentro.

4. Atender y acompañar a las familias en situaciones difíciles y especiales.

Actividades sugeridas:

  • Formación y orientación en matrimonios mixtos y situaciones irregulares, como uniones libres, matrimonios civiles, separados y divorciados, y divorciados vueltos a casar.
  • Apoyo a las familias que enfrentan situaciones de riesgo en el inicio de la vida humana, como el aborto y madres solteras.
  • Acompañamiento a familias con hijos con discapacidad y adicciones.
  • Atención especial a la tercera edad y sus necesidades.


Este Plan Diocesano de Pastoral Familiar se puede desarrollar a lo largo de diferentes cursos y actividades pastorales, adaptándolo a las necesidades y contextos específicos de la comunidad parroquial. Se recomienda realizar evaluaciones periódicas para ajustar y mejorar las acciones pastorales en función de los resultados obtenidos y las necesidades de las familias.



Equipo Diocesano de la Pastoral Familiar.




PUESTOS Y FUNCIONES




I. COORDINADOR/A DE PASTORAL FAMILIAR

  • Coordina y supervisa todas las actividades y programas de la Pastoral Familiar.
  • Mantiene la visión y los objetivos generales y específicos de la pastoral.
  • Facilita la comunicación y colaboración entre los distintos equipos y miembros de la pastoral.

II. EQUIPO DE FORMACIÓN, DE ENCUENTROS MATRIMONIALES Y DE RETIROS KERIGMATICOS:

  1. Preparación al Matrimonio:
    • Organiza cursos y talleres de preparación al matrimonio.
    • Proporciona recursos y orientación para la formación en la fe de las parejas que se preparan para el matrimonio.
    • Acompaña a las parejas durante el proceso de preparación al matrimonio.

  2. Equipo de Celebración Litúrgica del Sacramento del Matrimonio:
    • Planifica y coordina las ceremonias matrimoniales.
    • Prepara la liturgia de la palabra y se asegura de su adecuada celebración.
    • Brinda apoyo y orientación a los novios y a los participantes en la celebración.

  3. Equipo de Acompañamiento a las Parejas Jóvenes:
    • Acompaña y orienta a las parejas jóvenes en su proceso de adaptación y crecimiento matrimonial.
    • Organiza encuentros y retiros para fortalecer la relación conyugal y promover la vida en familia.
    • Brinda apoyo en situaciones de crisis conyugal y ofrece herramientas para la resolución de conflictos.

  4. Equipo de Apoyo a la Educación y Crecimiento de los Hijos:
    • Ofrece recursos y orientación para la educación en la fe de los hijos.
    • Organiza actividades y programas para promover la participación activa de los padres en la formación religiosa de sus hijos.
    • Brinda apoyo y acompañamiento a los padres en el proceso de crianza y educación de los hijos.

  5. Equipo de Atención a Situaciones Difíciles y Especiales:
    • Brinda orientación y apoyo a las familias que enfrentan situaciones difíciles, como matrimonios mixtos, separaciones y divorcios, adicciones, entre otros.
    • Ofrece recursos y servicios de atención pastoral a personas en situaciones de riesgo, como madres solteras, hijos con discapacidad, y personas de la tercera edad.
    • Trabaja en colaboración con otras instancias especializadas para brindar el apoyo necesario a las familias en situaciones complejas.



Equipo Diocesano de la Pastoral Familiar.



El agente de pastoral familiar es el creyente plenamente convencido de que el matrimonio es la base fundante de la familia, y de que ésta es la más importante célula de la sociedad y de la Iglesia.

Se dedica a promover y acompañar a las familias en su vida cristiana.
Debe tener una formación integral, una fe profunda y un compromiso con la Iglesia y la sociedad.


AGENTES

RAZONES

FUNCIONES

LAS FAMILIAS Son las primeras responsables en función de la gracia recibida en el Sacramento del Matrimonio.

- Testimonio.
- Educación cristiana de los hijos.
- Educación en la castidad.
- Moral cristiana.
- Guías en la elección vocacional.
- Inserción en la vida social.
- Mutua ayuda entre los miembros.
- Obras de ayuda en familia hacia los más necesitados.

ASOCIACIONES DE FAMILIAS PARA LAS FAMILIAS (72) - Se han de reconocer y valorar (cada una y según sus características, finalidades, incidencias y métodos propios) las varias comunidades eclesiales, grupos y movimientos comprometidos de distintas maneras, por títulos y a niveles diversos, en la pastoral familiar.

- Igualmente, es deseable que, con un vivo sentido del bien común, las familias cristianas se empeñen activamente a todos los niveles, en asociaciones no eclesiales.

- Suscitar en los fieles un vivo sentido de solidaridad.
- Favorecer una conducta de vida inspirada en el Evangelio y en la fe de la Iglesia.
- Formar las conciencias según los valores cristianos y no según los criterios de la opinión pública.
- Estimular a obras de caridad recíproca y hacia los demás con un espíritu de apertura, que hace de las familias cristianas una verdadera fuente de luz y un sano fermento para los demás.

PRESBÍTEROS - Compromiso.
- Formación permanente.
- Predicación.
- Invitación a los fieles a inserción a la vida parroquial y diocesana.
- Formación de equipos de trabajo.
- Dirigir prioridades y pautas de trabajo.


- Orientar: objetivo y líneas de acción en programa.
- Acompañar: estar cerca de agentes.
- Seguimiento.
- Motivación.
- Reconocimiento.
- Apoyo.

RELIGIOSOS Y RELIGIOSAS - Acercamiento, participación y comunión pastoral.
- Compromiso.
- Formación.

- Fidelidad y seguimiento al Magisterio de la Iglesia.
LAICOS ESPECIALIZADOS - Compromiso apostólico.
- Participación en la vida y misión de la Iglesia.
- Medios de comunicación.


- Centros de Formación.
- Programas de Formación.
- Ámbitos Sociales.



Equipo Diocesano de la Pastoral Familiar.



Los subsidios para la pastoral familiar son recursos que ofrecen algunas instituciones eclesiales para apoyar la formación y la celebración de las familias cristianas.

  • La Arquidiócesis de México tiene una sección de subsidios donde se pueden descargar materiales para los tiempos litúrgicos, para niños y adultos, para familia y comunidades.
  • También hay centros de orientación e integración familiar que brindan asesoría a matrimonios en conflicto o a familias que quieren fortalecer su unión.
  • Además, hay subsidios para celebrar algunas fiestas como Pentecostés o el Día de la Familia.

Aquí te presentamos algunos títulos del Magisterio en relación con la familia:


  • Exhortación apostólica "Amoris Laetitia", en donde recoge las enseñanzas de los papas sobre el amor conyugal, la educación de los hijos, la pastoral familiar y otros temas relacionados con la doctrina sobre la familia.
  • Papa Francisco en la misa por las familias celebrada en Manila el 16 de enero de 2015, donde reflexiona sobre los desafíos y las bendiciones que implica vivir como familia cristiana.
  • Discurso del Papa Benedicto XVI al iniciar el Congreso Eclesial de la Diócesis de Roma sobre «Familia y comunidad cristiana: formación de la persona y transmisión de la fe». Martes 7 de junio de 2005
  • Carta del Santo Padre Benedicto XVI al Cardenal Alfonso López Trujillo, Presidente del Consejo Pontificio para la Familia con motivo del Encuentro Mundial de las Familias en Valencia. Martes 17 de mayo de 2005
  • Exhortación apostólica Familiaris consortio, sobre la misión de la familia
  • Carta encíclica Casti connubii, sobre el matrimonio cristiano, 31/12/1930.
  • Carta encíclica Ingruentium malorum, sobre el rosario en la familia, 15/09/1951.
  • Carta encíclica Humanae vitae, sobre la regulación de la natalidad, 25/07/1968.
  • Carta encíclica Evangelium vitae, sobre la defensa de la vida, 25/03/1995.
  • Salvifici Doloris
    Carta apostólica sobre el sentido cristiano del sufrimiento humano, S.S. Juan Pablo II. Vademécum para los Confesores sobre algunos temas de Moral Conyugal. El presente Vademécum tiene su origen en la particular sensibilidad pastoral del Santo Padre, el cual ha confiado al Pontificio Consejo para la Familia la tarea de prepararlo para ayuda de los confesores.
  • Carta de los Derechos de la Familia
    Tiene la finalidad de presentar a todos, cristianos o no, una formulación —lo más completa y ordenada posible— de los derechos fundamentales de la familia.
  • 20 años de la Carta de los Derechos de la Familia
    El documento mantiene todo su valor a causa de los continuos ataques que algunos grupos de presión realizan contra la familia.
  • La familia, santuario de la vida
    Documento de Santo Domingo (1992), en el que la Iglesia, junto a Juan Pablo II rememoran los 500 años de la llegada de la Cruz de Cristo al continente americano.
  • Carta Pastoral Familia Educadora en la Sexualidad
    Esta carta pastoral nace de la urgencia de apoyar a la familia en su tarea de preparar a los hombres y mujeres que constituirán nuestra sociedad en el próximo milenio. Autor: Mons.Norberto Rivera C.,Cardenal
  • Indisolubilidad del Matrimonio
    Carta pastoral sobre la estabilidad e indisolubilidad del matrimonio, del Cardenal Arzobispo de Santiago Francisco Javier Errázuriz Ossa a las familias Autor: Card. Francisco Javier Errázuriz Ossa
  • Cartas a la familia , del Cardenal Norberto Rivera Carrera
    12 homilías que pronunció en 1998, durante 12 domingos previos al encuentro internacional del Papa Juan Pablo II con las familias.
  • De la vida humana. Carta pastoral sobre la verdad y el significado del amor conyugal. Mons. Charles Chaput
  • Catequesis de Juan Pablo II. Compromiso por la promoción de la familia, Catequesis en las audiencias generales de los miércoles, 01/12/1999.
  • Encuentro de las familias de todo el mundo con S.S. Juan Pablo II, en Río de Janeiro, en octubre de 1997.
  • Todo atentado contra la vida y la familia, es un atentado contra la humanidad y su futuro.
    A los obispos del CELAM y al Congreso teológico-pastoral, el 3 de octubre de 1997.
  • El aborto, vergüenza de la humanidad, condena a la más injusta de las ejecuciones.
    Durante el encuentro con las familias en el estadio de Maracaná, el 4 de octubre de 1997.
  • Una nueva aurora de santidad.
    A los comités que organizaron el Encuentro con las familias, el 5 de octubre de 1997.
  • Homilía Felicidad y fidelidad del Papa Juan Pablo II en la misa para las familias, celebrada en la explanada de Flamenco,05/10/1997.
  • Homilía del Papa Juan Pablo II La santidad del matrimonio en la misa oficiada en la catedral de San Sebastián 04/10/1997.
  • La familia cristiana. Discurso a los obispos de la XII región pastoral de Estados Unidos en visita «ad limina apostolorum».
  • Carta del Papa a los niños en el año de la familia, 13/12/1994. Con motivo de la Navidad, el Papa Juan Pablo II, escribe una carta a los niños de todo el mundo.
    ¡Levanta tu mano, divino Niño, y bendice a estos pequeños amigos tuyos, bendice a los niños de toda la tierra!


Equipo Diocesano de la Pastoral Familiar.




1. Introducción:

«En el matrimonio cristiano se experimenta el sentimiento o deseo de pertenecer por completo sólo a una persona. Los esposos asumen el desafío y el anhelo de envejecer y desgastarse juntos y así reflejan la fidelidad de Dios. Esta firme decisión de amar perpetuamente, que marca un estilo de vida, es una «exigencia interior del pacto de amor conyugal» (1), porque «quien no se decide a querer para siempre, es difícil que pueda amar de veras un solo día» (2). Pero esto no tendría sentido espiritual si se tratara sólo de una ley vivida con resignación. Es una pertenencia del corazón, allí donde sólo Dios ve (cf. Mt 5,28). Cada mañana, al levantarse, se vuelve a tomar ante Dios esta decisión de fidelidad, pase lo que pase a lo largo de la jornada. Y cada uno, cuando va a dormir, espera levantarse para continuar esta aventura, confiando en la ayuda del Señor. Así, cada cónyuge es para el otro signo e instrumento de la presencia y cercanía del Señor, que no nos deja solos: «Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo»” (Mt 28,20). [De la exhortación apostólica Amoris Letitia del Papa Francisco. N. 319.]

Uno de los factores más importantes en la nueva evangelización, de la que ya hablaba el Papa Juan Pablo II, es el trabajar por la comunidad, formando agentes de pastoral que ayuden en la tarea de la evangelización. Y en forma concreta tendremos que hablar de lo que se refiere a la pastoral diferenciada. Así si hablamos de evangelizar parejas, necesitamos formar agentes de pastoral que sean pareja, para que el trabajo sea mucho más convincente y eficaz. Este trabajo comienza con un encuentro conyugal, continúa con la vivencia de un retiro kerigmático de pareja y sigue con el trabajo de formación integral para parejas, que implica un trabajo permanente de vivencia de la fe y del trabajo en la comunidad. Todo implica un esfuerzo permanente de formación de parejas que expresen: la unidad, la mutua ayuda y la paternidad y maternidad responsables.

El anuncio kerigmático nos encuentra con Jesús y su evangelio, iluminando todas las dimensiones y realidades de la vida de pareja, y tendrá que llevarse posteriormente a los hijos e hijas, logrando así, tener la posibilidad de realizar el trabajo de conversión que necesitamos actualmente en la pastoral de la familia. Que implicará posteriormente un trabajo de pastoral de adolescentes y de jóvenes. Llegando a la preparación de los contrayentes o novios para comenzar a fundar una nueva familia y reiniciar el ciclo de la pastoral familiar.

Todo esto se logra desde el momento de poder fincar un compromiso y alianza con Dios, para realizar la experiencia del anuncio kerigmático posterior al encuentro conyugal, vivido y realizado por parejas que sean agentes de pastoral familiar.

Tomaremos como base para el retiro kerigmático, el trabajo realizado por el P. Alfonso Navarro Castellanos. Presentado ya hace algunos años, enriquecido con la enseñanza de la Iglesia en los últimos tiempos, comenzando con el Papa Juan Pablo II y continuando con el Papa Benedicto XVI y el actual Papa Francisco. Con ayuda de las ciencias humanas como la logoterapia y otros elementos que nos parece importante tener presentes.



(1) Juan Pablo II, Exhortación apostólica Familiaris consortio (22 noviembre 1981), 11: AAS 74 (1982), 93.
(2) Arzobispo Jorge Mario Bergoglio, Homilía en la Eucaristía celebrada para las familias en Córdoba, Argentina (8 abril 1987).




2. El retiro kerigmático:

“El anuncio está ordenado a la conversión, es decir, a la adhesión a Cristo, plena y sincera, y a su Evangelio por la fe” RM 46

“Este primer anuncio es el Kerigma que suscita la fe, abre el corazón, lleva a la conversión y prepara la adhesión total a Jesucristo” CT 19

“El Espíritu Santo siembra el germen de la fe con el Primer Anuncio y lleva a aceptar por la Fe la persona de Jesucristo como el único Señor y a darle una adhesión global por una sincera conversión del corazón” CT 20

“Desde la situación generalizada de muchos bautizados en Latino América que no dieron su adhesión personal a Jesucristo por la conversión primera, se impone en el ministerio profético de la Iglesia, de modo prioritario y fundamental, la proclamación vigorosa del anuncio de Jesús muerto y resucitado (Kerigma); raíz de toda evangelización, fundamento de toda promoción humana y principio de toda auténtica cultura cristiana.”

Sto. Domingo 33. (Tomado del original Retiro de Evangelización Kerigmático).

Tomando en cuenta la reflexión anterior, es necesario descubrir la necesidad de poder ofrecer este instrumento de evangelización a quienes han de colaborar en el trabajo de formación de agentes para la pastoral familiar. Comenzando nuestro trabajo con la preparación de parejas que sean capaces de transmitir la formación adecuada a las demás parejas que han de irse integrando, poco a poco, a este trabajo evangelizador.

Por eso comienzo realizando tres preguntas, considerando la importancia que tiene mantener lo fundamental en el instrumento kerigmático que tenemos y respetando los elementos fundamentales del autor del Retiro Kerigmático:

a. ¿Conviene dar el kerigma de la manera original, incluyendo después de cada parte lo necesario para que sea comprendido por las parejas?

Esto es, utilizando la formación y un lenguaje adecuado en el trabajo que se ha de realizar con las parejas.

b. ¿Será suficiente con modificar el lenguaje utilizado en el original para poderlo trabajar con las parejas?

Esto incluye un trabajo solo de modificación del lenguaje.

c. ¿Será necesario realizar todo un proceso de cambio, no solo para cambiar el lenguaje, sino todo un trabajo para implementar un nuevo modo de presentar lo esencial del retiro que conocemos desde hace mucho tiempo?

Esto nos habla de un verdadero trabajo para adecuar todo el kerigma al trabajo evangelizador de las parejas, que hemos venido realizando poco a poco.

Si tomamos en cuenta lo ya realizado en orden a la formación integral de agentes de pastoral, para dedicarlos a trabajar con parejas, hablamos de la formación que debemos dar a las parejas y otros agentes que han de insertarse en este trabajo, comenzando con la vivencia que deben tener de un nuevo modelo de anuncio kerigmático para las parejas.

Mi personal punto de vista, conociendo el modelo original, habiéndolo vivido y trabajado, que la mejor opción es la tercera. Porque hablaríamos de un nuevo y mismo lenguaje desde el comienzo de la formación.


3. Temas clave del Kerigma
Los seis temas y sus respectivos objetivos, del anuncio kerigmático son:

  1. El amor de Dios: motivación a experimentar el amor personal e incondicional de Dios.
  2. El pecado: la causa por la que no experimentamos el amor de Dios.
  3. La salvación mediante Jesús: presentar a Jesús, muerto, resucitado y glorificado como la única solución para el mundo y para cada persona.
  4. Fe y conversión: propiciar un encuentro personal con Jesús, que lleve a un acto de fe y conversión.
  5. Don del Espíritu Santo: presentar el Espíritu Santo que nos renueva y capacita para vivir la vida nueva.
  6. La comunidad: motivar la participación a la vida en comunidad.

Estos temas constituyen una sola unidad bien entrelazada y concatenada, que debe transmitirse con un enfoque vivencial, es decir, testimonial.


1. El amor de Dios.

El amor de Dios es para todos, por lo que su amor es también para ustedes como pareja.

“Dios ha creado al hombre a su imagen y semejanza. Llamándolo a la existencia por amor. Lo ha llamado al mismo tiempo al amor”. (Familiaris consortio F C. 11).

Todos los seres humanos estamos llamados a vivir con Dios, por lo que estamos llamados a vivir en el amor con Él. Él nos ama y nos llamó para participar con Él de la vida. Sin importar nuestra condición humana. Tampoco importa lo que seamos: obreros, empleados, empresarios, profesionistas, amas de casa.

Lo importante para Él es que te acepta tal como eres, no por lo que tienes, ni por lo que has hecho. Su amor es incondicional.

Hechos a su imagen y semejanza, somos sus hijos, la parte más importante de la creación. “Entonces dijo Dios: Hagamos a los seres humanos a nuestra imagen y semejanza, para que dominen sobre los peces del mar, las aves del cielo, los ganados, las bestias salvajes y los reptiles de la tierra. Y creó Dios a los seres humanos a su imagen y semejanza, a imagen e Dios los creó, varón y mujer los creó. Y los bendijo diciéndoles: crezcan y multiplíquense … Vio Dios todo lo que había hecho, y todo era muy bueno” (Gn 1,26-28.31).

Y ese amor de Dios es total e incondicional, los humanos tenemos que aprender a amarnos, conocer ese amor de Dios, de manera especial la apareja, pues deben superar muchas cosas para tener un verdadero e incondicional amor: “Es eterno su amor, su fidelidad es estable. Podrá una madre abandonar al hijo de sus entrañas, más Yo no te olvido. Los montes se moverán y las colinas se moverán de lugar, más mi amor no se apartará de tu lado”. Dios mismo se lo dice a Uds. En este momento, en su Palabra. El plan de Dios sobre el matrimonio es un plan de amor, es necesario saberlo descubrir para vivirlo y prolongarlo con los suyos. “Cristo renueva el designio primitivo que el Creador ha inscrito en el corazón del hombre y de la mujer, y en la celebración del sacramento del matrimonio ofrece un «corazón nuevo»: de este modo los cónyuges no sólo pueden superar la «dureza de corazón», (Mt 19,8) sino que también y principalmente pueden compartir el amor pleno y definitivo de Cristo, nueva y eterna Alianza hecha carne. Así como el Señor Jesús es el «testigo fiel», (Ap. 3,14) es el «sí» de las promesas de Dios y consiguientemente la realización suprema de la fidelidad incondicional con la que Dios ama a su pueblo, así también los cónyuges cristianos están llamados a participar realmente en la indisolubilidad irrevocable, que une a Cristo con la Iglesia su esposa, amada por Él hasta el fin”. (Jn 13,1). (F C. 20).

Como pareja están llamados a vivir en plenitud y felicidad, para eso el Señor Dios les ha dado la vocación al matrimonio. Como pareja vivirán más plenamente su amor, si son capaces de hacer realidad el designio amoroso de Dios para Ustedes. “Dios, con la creación del hombre y de la mujer a su imagen y semejanza, corona y lleva a perfección la obra de sus manos; los llama a una especial participación en su amor y al mismo tiempo en su poder de Creador y Padre, mediante su cooperación libre y responsable en la transmisión del don de la vida humana” (F C. 28).

Dios los ha hecho conocerse, para amarse y ayudarse mutuamente, como Él lo ha hecho con cada ser humano. Por eso, de manera concreta lo ha realizado con Uds. Al permitir que sean pareja y puedan realizarse plenamente como personas, cumpliendo totalmente su realización en la manera como se relacionan en su matrimonio. Son imagen del amor de Dios cuando su relación es amor, es fidelidad, es respeto mutuo. “El matrimonio cristiano, reflejo de la unión entre Cristo y su Iglesia, se realiza plenamente en la unión entre un varón y una mujer, que se donan recíprocamente en un amor exclusivo y en libre fidelidad, se pertenecen hasta la muerte y se abren a la comunicación de la vida, consagrados por el sacramento que les confiere la gracia para constituirse en iglesia doméstica y en fermento de vida nueva para la sociedad” (Amoris laetitia 292). Es importante valorar el amor de Dios que les ha permitido conocerse, aceptarse y ayudarse mutuamente para toda la vida. Ese amor habrá que llevarlo a los demás.

Esta realidad deberán descubrirla y vivirla plenamente a lo largo de su vida como pareja, como esposos cristianos. El Señor los eligió para amarse, porque los conoce y desea que su amor los una cada vez más. El los ama y así deben amarse Uds. “Te lo está diciendo tu Creador: te he llamado por tu nombre, eres mío, eres valioso a mis ojos y estimado y te amo. Por eso no temas, Yo estoy contigo” (Is 43,1-5). Ahora entiéndalo como pareja: los he llamado por su nombre, son míos, son valiosos a mis ojos y estimados, los amo. No teman, Yo estoy con Uds.

El Señor los conoce porque los ha creado, para ser la pareja llena del amor que Él mismo les ha dado a lo largo de su vida y les seguirá dando. Cada uno de Uds. tiene dones y capacidades que deben aprender a complementar cada día, que han recibido como regalo del amor que Dios les tiene. Como el ayudarse mutuamente para salir adelante ante las dificultades de la vida. Desde el inicio, dice el libro el Génesis los llamó para que sean ayuda mutua. Todo es de acuerdo al amor que Dios les tiene.

“Queridos hermanos, amémonos los unos a los otros, porque el amor procede de Dios. Todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. Quien no ama, no conoce a Dios, porque Dios es amor. Si Dios nos amó así, también nosotros debemos amarnos unos a otros” (1ª Jn 4,7-11). Nos ha elegido en su amor para ser administradores de la creación. Y en especial a Uds. Como pareja, para que continúen realizando la acción amorosa en la creación. Cuando Dios realiza la creación pone todo en manos del hombre: “Pero Jesús, en su reflexión sobre el matrimonio, nos remite a otra página del Génesis, el capítulo 2, donde aparece un admirable retrato de la pareja con detalles luminosos. Elijamos sólo dos. El primero es la inquietud del varón que busca «una ayuda recíproca» (vv. 18.20), capaz de resolver esa soledad que le perturba y que no es aplacada por la cercanía de los animales y de todo lo creado. La expresión original hebrea nos remite a una relación directa, casi «frontal» —los ojos en los ojos— en un diálogo también tácito, porque en el amor los silencios suelen ser más elocuentes que las palabras. Es el encuentro con un rostro, con un «tú» que refleja el amor divino y es «el comienzo de la fortuna, una ayuda semejante a él y una columna de apoyo» (Si 36,24), como dice un sabio bíblico. O bien, como exclamará la mujer del Cantar de los Cantares en una estupenda profesión de amor y de donación en la reciprocidad: «Mi amado es mío y yo suya [...] Yo soy para mi amado y mi amado es para mí» (2,16; 6,3).” (Amoris laetitia 12).

Dios es el sentido de nuestra vida y la razón última de nuestra existencia: nos hiciste para Ti, Señor, y nuestro corazón anda siempre inquieto, corriendo y buscando desasosegado por todas partes, hasta que encuentra su lugar y descanso en Ti; llenando y saciando toda la sed, es decir, nuestros anhelos legítimos y nuestras auténticas necesidades profundas, de cada individuo y de toda la humanidad. Y llamados personalmente por Él, por nuestro nombre, porque nos ama y desea continuar su obra con nosotros, especialmente por cada una de las parejas que se abren a su misterio infinito de amor. Desde el principio de la creación pensó en cada una de Uds. Parejas que han descubierto su sentido de amor en Él y para Él, en la medida en que su amor va creciendo y se va realizando en su relación como pareja.

Y en María, nuestra madre, siempre inseparable de la presencia de Dios, encontramos el rostro maternal de Dios y su cuidado amoroso y providente para nosotros.

Creados por amor, Dios los invita a formarse como pareja que se realiza por medio del amor: “El hombre puso un nombre a todos los animales domésticos, a todas las aves del cielo y a todos los animales del campo; pero entre ellos no encontró la ayuda adecuada. Entonces el Señor Dios hizo caer sobre el hombre un profundo sueño, y cuando este se durmió, tomó una de sus costillas y cerró con carne el lugar vacío. Luego, con la costilla que había sacado del hombre, el Señor Dios formó una mujer y se la presentó al hombre. El hombre exclamó: "¡Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Se llamará Mujer, porque ha sido sacada del varón". Por eso el varón deja a su padre y a su madre y se une a su mujer, y los dos llegan a ser una sola carne” (Gn 2,18-24).

Desde el comienzo de la vida, hemos estado en el pensamiento y en el amor de Dios. Y a Uds. en concreto como pareja, los invita a continuar descubriendo ese amor personal que el Señor les tiene. A vivirlo profundamente y a manifestarlo primero entre ustedes mismos como pareja y después a los demás. Siendo pareja tienen que vivir primero ese amor profundo de Dios para después llevarlo a todos los que los rodean.

Descubrir el amor que Dios les tiene y después realizarlo con preocupación, ayuda mutua, entrega total como pareja. Así si podrán llevarlo a otros. Es probable que, a lo largo de la vida matrimonial, se presenten crisis y momentos difíciles, que tendrán que aprender a solucionar, para poder sentir y vivir más intensamente el amor que Dios les tiene en forma personal. Pues los conoce desde que comenzó su vida y desde el momento en que se comprometieron a amarse para siempre, con amor profundo, como el amor que Él les da. La Biblia nos describe la unión de Tobías y Sara, que ponen su vida en el amor de Dios desde el comienzo de su matrimonio:

“Tobías se levantó de la cama y dijo a Sara: "Levántate, hermana, y oremos para pedir al Señor que nos manifieste su misericordia y su salvación". Ella se levantó, y los dos se pusieron a orar para alcanzar la salvación. Él comenzó así: "¡Bendito seas, ¡Dios de nuestros padres, y bendito sea tu Nombre por todos los siglos de los siglos! ¡Que te bendigan los cielos y todas tus criaturas por todos los siglos! Tú creaste a Adán e hiciste a Eva, su mujer, para que le sirviera de ayuda y de apoyo, y de ellos dos nació el género humano. Tú mismo dijiste: "No conviene que el hombre esté solo. Hagámosle una ayuda semejante a él". Yo ahora tomo por esposa a esta hermana mía, no para satisfacer una pasión desordenada, sino para constituir un verdadero matrimonio. ¡Ten misericordia de ella y de mí, y concédenos llegar juntos a la vejez! Ambos dijeron: "¡Amén, amén!” (Tob 8,4-8).

¿Hay quizá algo que te lo impide? Aunque teóricamente aceptamos esta verdad, hay diversas SITUACIONES QUE NOS IMPIDEN en la práctica sentir y dejar penetrar esta realidad del amor personal de Dios: son fundamentalmente tres.


2. El pecado

Situaciones que impiden experimentar su amor:

* La imagen deformada de Dios. Por haber recibido una educación religiosa inadecuada en la casa o en la escuela, en la manera de presentar a un Dios como juez rígido o policía vengador al que se le tiene miedo.

* La imagen paterna dañada. Por lo que sus padres no pudieron o no supieron darles el cuidado y amor expresado; o en todo aquello que los ha lastimado o dañado, con la consecuencia de un niño pequeño interior herido y maltratado. Por no haber podido sentir y expresar tus sentimientos reprimidos o sentirte avergonzado por ello. Por no haber llenado tus necesidades fundamentales en el momento oportuno.

* La propia vida de pecado y alejamiento de Dios y de su amor, sin conocerlo ni haber experimentado su acción en nosotros, como sucedería, si haciendo frío, se ponen fuera del calor beneficioso del rayo del sol.



Equipo Diocesano de la Pastoral Familiar.



¿Qué es una pequeña comunidad?

Una pequeña comunidad, también conocida como célula o grupo de crecimiento, es un grupo reducido de matrimonios que se reúnen periódicamente para compartir la vida y la fe en un contexto comunitario más íntimo. Estas comunidades suelen surgir dentro de una parroquia, comunidad religiosa o movimiento eclesial, y su objetivo principal es fomentar el crecimiento espiritual, el apoyo mutuo y la vivencia de la fe en un ambiente más cercano y participativo.

Las pequeñas comunidades se caracterizan por ser espacios de encuentro y fraternidad, donde los miembros se conocen, comparten sus experiencias de vida y buscan crecer juntos en la fe. Estas comunidades suelen estar orientadas hacia la evangelización y el testimonio, buscando vivir el Evangelio y compartirlo con otros en su entorno.

En las pequeñas comunidades, se suelen realizar diversas actividades, como momentos de oración, estudio de la Palabra de Dios, reflexión sobre la fe, celebraciones litúrgicas, servicio a los demás y momentos de convivencia. Estas actividades fortalecen los lazos de comunión y fraternidad entre los miembros, promoviendo el apoyo mutuo y el crecimiento espiritual.

Cada pequeña comunidad puede tener su propia dinámica y estructura, pero en general se busca que sean grupos abiertos, inclusivos y participativos, donde todos los miembros tienen la oportunidad de compartir sus dones y aportar al crecimiento del grupo. También se valora la confidencialidad, el respeto y la confianza entre los miembros, creando un ambiente seguro para el crecimiento personal y comunitario.

Las pequeñas comunidades desempeñan un papel importante en la vida de la Iglesia, ya que permiten una vivencia más profunda y personal de la fe, fortalecen los lazos de comunión y contribuyen a la formación de discípulos misioneros comprometidos con el Evangelio.



Objetivos de las Pequeñas Comunidades de Pastoral Familiar:

  1. Fortalecimiento de la familia:
    • Promover la fortaleza y la unidad de las familias a través del apoyo mutuo, la comunicación efectiva y la resolución de conflictos.
    • Brindar herramientas y recursos para que las familias crezcan en su amor y compromiso mutuo.

  2. Crecimiento espiritual familiar:
    • Fomentar el crecimiento espiritual de las familias en su conjunto, promoviendo la oración en familia, el estudio de la Palabra de Dios y la participación en los sacramentos.
    • Proporcionar oportunidades para la formación en la fe y la reflexión familiar.

  3. Testimonio y evangelización familiar:
    • Animar a las familias a vivir y compartir su fe en su entorno, siendo testigos del amor de Dios en su vida diaria.
    • Proporcionar recursos y herramientas para que las familias puedan evangelizar y compartir el Evangelio con otros, especialmente con las familias que están alejadas de la fe.

  4. Apoyo y acompañamiento familiar:
    • Ofrecer un espacio de apoyo y acompañamiento para las familias, donde puedan compartir sus alegrías y desafíos, recibir orientación y encontrar el apoyo de otros que están en un camino similar.
    • Brindar recursos y asistencia práctica en situaciones específicas que puedan enfrentar las familias.

  5. Formación y capacitación de líderes familiares:
    • Identificar y formar líderes dentro de las familias que puedan desempeñar un papel activo en la pastoral familiar y en el acompañamiento de otras familias.
    • Proporcionar formación y capacitación continua para fortalecer las habilidades y competencias de los líderes familiares.

  6. Celebraciones y encuentros familiares:
    • Organizar celebraciones y encuentros familiares donde las familias puedan reunirse, compartir, celebrar su fe y fortalecer sus lazos.
    • Proporcionar oportunidades para la recreación familiar y la construcción de relaciones dentro de la comunidad parroquial.


Equipo Diocesano de la Pastoral Familiar.



Instrucciones para registrarse a los cursos de formación y actividades de la Pastoral Familiar:

  1. Selecciona el curso o actividad:

    Clíca: Revisa la lista de cursos y actividades en el calendario de la Pastoral Familiar.

  2. Completa el formulario de inscripción:

    Rellena el formulario de inscripción con tus datos personales, incluyendo nombre, edad, dirección, correo electrónico y número de teléfono.

  3. Selecciona las fechas y horarios:

    Elige las fechas y horarios en los que deseas participar en el curso o actividad. Si hay opciones disponibles, marca tus preferencias.

  4. Envía tu solicitud de inscripción:

    Haz clic en el botón "Enviar" o "Inscribirse" para enviar tu solicitud de inscripción. Asegúrate de verificar que todos los datos proporcionados sean correctos.

  5. Confirmación de inscripción:

    Recibirás una confirmación de inscripción por correo electrónico o por teléfono. Esta confirmación incluirá los detalles de la actividad, las fechas y horarios definitivos, así como cualquier información adicional que necesites saber.

  6. Pago (si aplica):

    En caso de que el curso o actividad tenga un costo asociado, sigue las indicaciones proporcionadas para realizar el pago correspondiente. Puede ser a través de transferencia bancaria, depósito o en efectivo.

  7. Asistencia al curso o actividad:

    Asiste puntualmente al lugar y hora indicados para el inicio del curso o actividad. Asegúrate de llevar contigo cualquier material o requisito mencionado en la confirmación de inscripción.



Equipo Diocesano de Pastoral Juvenil


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